Manuel
Kant.
Kant
nació el 12 de abril de 1724 y murió el 12 de febrero de 1804, primer filósofo
moral moderno que distingue, al interior de una misma concepción moral, entre
la esfera de la ética o moralidad personal por un lado, y la esfera de la justicia
y el derecho o moralidad política por el otro. Manuel Kant sienta las bases más
sólidas del liberalismo moderno. El considera que un Estado será justo en la
medida en que satisfaga 3 principios racionales:
1.
La
libertad de cada miembro de las sociedad en cuanto hombre. (La libertad
entendida como el derecho de cada cual a buscar su propia felicidad de la
manera que vea más conveniente, siempre que no invada la libertad de los demás)
2.
La
igualdad de cada uno con todos los demás en cuanto súbdito. (Es explicada en
términos de igual derecho de toda persona a obligar a los demás a que utilicen
su libertad de tal modo que armonicen con la propia libertad).
3.
La
independencia de cada miembro de una comunidad en cuanto ciudadano. (Como el
presupuesto necesario para que el contrato originario que legitima al Estado
pueda ser considerado como un libre acuerdo).
Kant
establece que aun cuando no haya existido de hecho ese acuerdo originario,
basta con que sus leyes sean tales que las personas estuvieran de acuerdo con
éstas, garantizando cumplir los requisitos de libertad, igualdad e
independencia.
Estos
principios que influyen en la concepción kantiana de la ética o moral personal,
que es más amplia que algunas propuestas contemporáneas pues no se limita a
gobernar nuestras relaciones con las demás personas sino que gira en torno a la
idea de que los seres humanos debemos adquirir un carácter moral. Considera que
todos los seres humanos tenemos razones para vivir de acuerdo con los valores
de su teoría ética, pero también piensa que al Estado no le compete exigir que
lo hagamos.
Sin
embargo su concepción acerca de la justicia, parece ser demasiado estrecha,
pues los deberes de justicia son deberes jurídicos. Considera que es “justa
toda acción que por sí o por su máxima, no es un obstáculo a la conformidad de
la libertad del arbitrio de todos con la libertad de cada uno según leyes
universales”
Así,
para Kant, la cuestión de saber si lo que prescriben las leyes es justo, nunca
podrá resolverla una jurista a menos de dejar aparte los principio empíricos y
de buscar el origen de estos juicios en la sola razón, para de esta forma, establecer
los fundamentos de una legislación positiva posible.
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