Catedrática
de Ética de la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR para
la ética de los negocios y las organizaciones. El pensamiento de Adela Cortina
se puede resumir en que ella “busca” que la ética se acople a los derechos
humanos y las diferentes creencias de las diferentes culturas de la humanidad
sin que esta ética afecte ninguno de estos campos. Al haber finalizado su
carrera en la Universidad de Valencia-España ingreso en el año de 1969 al
departamento de metafísica. Algo importante en su carrera universitaria fue su
tesis doctoral sobre dios en la filosofía transcendental kantiana. Una beca de
investigación le permite frecuentar la Universidad de Múnich, donde entra en
contacto con el racionalismo crítico, el pragmatismo y la ética marxista y, más
en concreto con la filosofía de Jurgen Habermas. Al reintegrarse a la actividad
académica en España, orienta definitivamente sus intereses de investigación
hacia la ética. En 1981 ingresa en el departamento de filosofía de la
Universidad de Valencia. En 1986 obtiene la cátedra de Filosofía Moral,
relativas a la economía, la empresa, la discriminación de la mujer, la guerra, la
ecología, la genética, etc. Son ámbitos igualmente cultivados por la autora en
sus obras. En artículos y conferencias, ha expresado su opinión sobre otros
tantos aspectos de la vida, que sometida a examen “merece ser vivida”. Está
casada con el filósofo y catedrático de la Universidad Valencia, Jesús Conill.
Con su obra “Ética de la razón cordial”, ha sido ganadora del Premio
Internacional de Ensayo Jovellanos 2007. Entre los reconocimientos más
recientes a su labor se encuentran el nombramiento como Miembro de la Real
Academia de las Ciencias Morales y Políticas (2 de diciembre de 2008), siendo
la primera mujer que entra a formar parte de esta institución y la investidura
como Doctora Honoris Causa por la Universitat Jaume I de Castellón (15 enero
2009).
El
pensamiento central de Adela Cortina con respecto a la concepción actual de la
democracia, debe de cumplir con los siguientes requisitos:
1.
No puede contar con una noción compartida de bien común,
sino con una sociedad pluralista, en la cual compitan distintas concepciones de "vida buena". No puede señalar, por
ejemplo, sin equívocos, ni discriminaciones ni autoritarismo, en qué consiste
la felicidad.
2.
No puede, por tanto, constituirse como una
"democracia sustantiva" (que tendría en cuenta un concepto específico
de felicidad), sino como una "democracia
procedimental", en la cual las decisiones legítimas son las tomadas
según procedimientos racionales.
3.
Sin embargo, el criterio para medir la
legitimidad de las decisiones no es idéntico al que mide su justicia (ésta
tiene que ver con una noción compartida de "bien común")
4.
Que una democracia sea procedimental y
posibilite distintas formas de vida, no significa que sus procedimientos sean
neutrales y den cabida a cualquier forma de vida: las hay indeseables.
5.
Una noción de ser humano autónomo que se sabe inserto en una comunidad: su autonomía es
imposible sin su solidaridad. Esta
solidaridad se abre a comunidades transnacionales porque sus principios son
universalistas. El nacionalismo no se adecua a la imparcialidad.
6.
Aunque el sujeto
se desvanezca en mecanismos estratégicos sin sujeto, es de los sujetos de
quienes se espera la radicalización de la democracia. Por tanto, se trata de
confiar en una conversión moral. No
basta, pues, una ética de la responsabilidad para la cual importa sólo que
"lo bueno acontezca". La "conversión del corazón" es
condición necesaria. Ello significa simplemente que no hay democracia radical
sin sujetos morales, afirmación grave, dice Adela, en épocas de fuerte crítica
a la categoría de sujeto.
Adela Cortina nos enseña que la justicia es
razón con compasión, con ética para saber comportarnos e integrar una sociedad
en la que todos los integrante se compadezcan de todos y evitar comportamientos
que afecten a los seres, ya que lo que trata de integrar es que debemos ser
respetuosos con nuestro mundo, nuestro sistema y entorno, ya que al final
nosotros somos los que estamos en él y el cuidarlos nos beneficiaria en primer
término a cada uno y así nuestro alrededor.
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